jueves, 27 de enero de 2011

Pirkei Abot - Mishná 1: (Parte 5)


Moshé recibió la Torá de (Hashem que se  reveló   en   el  monte)  Sinaí    y   la entregó    a    Ieoshúa.   Ieoshúa  a   los ancianos, y  los  ancianos la entregaron a  los  hombres  de  la  Gran Asamblea. Ellos   dijeron   tres   cosas: sean circunspectos en el  juicio,  establezcan muchos  alumnos  y  hagan vallado a la Torá.


Sean circunspectos en el juicio        

No se apresuren a dictaminar el veredicto, sino que deberán investigar profundamente el caso 26antes de emitir la sentencia final.       

Existe un versículo que versa: "27Casa de David, así habló Hashem: elaboren por la mañana el juicio y salven al despojado de manos del ladrón". Podemos pensar que nos viene a enseñar que los juicios se realizan solo en las primeras horas del día (por la mañana), sin embargo, nuestros sabios explicaron que el texto viene para darnos a entender que una vez que tenemos todo claro en nuestras mentes como la mañana, recién entonces emitamos la resolución, de lo contrario, abstengámonos de hablar, esto es elaboren el juicio por la mañana28.

También hallamos que versa: "29Di a la sabiduría: ¡eres mi hermana!. Es decir, si el caso está en tu mente claro tan como tu hermana (ya que bien sabes que está prohibido casarte con ella, y eso lo tienes bien claro), entonces habla, de lo contrario, calla30.

Esto nos demuestra que debemos ser pacientes antes de emitir opinión alguna, para en el momento de hacerlo, estar bien seguros que hablamos lo correcto.

Si apreciamos lo que dijo el rey David, interpretaremos esta última conjetura de manera apropiada. "31Si me tomare un plazo, entonces juzgaré rectamente". Es decir, 32un tiempo fijo para poder indagar, analizar y sacar conclusiones correctas.

Debemos comprender de aquí dos cosas: una, que este mensaje de ser circunspectos en el juicio está orientado hacia los hombres que ejercen el poder judicial en cada lugar y situación particular. De todos modos, es nuestro deber aplicarlo también a nuestras vidas, aunque no seamos integrantes del tribunal; y eso se consigue así:

Cada uno de nosotros reiteradas veces al día elabora juicios y pronuncia su sentencia. Citemos algún ejemplo:

Reubén relata a Shimón haber visto a Abraham tomar un paquete de galletitas del almacén, luego se retiró sin pagar y sin ser visto por el cajero.

Reubén sentenció que Abraham robó e hizo partícipe del hecho a Shimón, quién ahora tendrá a Abraham como sospechoso de apropiarse de cosas ajenas. Y ya fue dicho: quién habla lenguaje perverso "lashón hará", mata a tres personas: al individuo del que se está hablando, el mismo que lo está diciendo, se mata a si mismo, y al que escucha. Y sobre este último se dijo que es peor que todos, ya que no reprendió al infractor por blasfemar contra su prójimo, pues así sea verdad lo que hizo, está prohibido difamar a un hermano judío.
Podemos apreciar que escuchar blasfemias es más grave que quién las dice de la historia de Iob (Job), quién como es sabido, era una persona recta y aparentemente no merecedora de castigos, sin embargo observamos en el libro del Tanaj que relata su historia, como este hombre recibe tremendos azotes: 33fallece prácticamente toda su familia de manera repentina, pierde la gran fortuna que poseía, y su cuerpo se plaga de enfermedades, lo que incita a los grandes sabios a buscar una explicación, ya que nada es casual en este mundo, y la hallan, claro que si.

Encuentran que cuando el Faraón, rey de Egipto decreta sobre los niños judíos que sean arrojados al río Nilo, Job mantuvo silencio, no respondió estar de acuerdo ni en contra.

Pasa el tiempo y trasciende la noticia que los dos hijos más destacados de Aharón el Cohen pierden la vida por haber acercado fuego extraño delante de Hashem34. Pero ¿Cuál fue el motivo esencial del trágico desenlace?.

Cuando el pueblo marchaba hacia la tierra prometida por el desierto, lo hacían en este orden: a la cabeza, Moshé y Aharón; tras ellos, Nadav y Abihu, hijos de Aharón; y más lejos, toda la población.

Nadav dijo a Abihu: ¿Cuándo se van a morir estos dos ancianos, así nosotros conducimos la generación?.
Al escuchar Job que Abihu también fue castigado por escuchar lo que su hermano blasfemaba, sin reprenderlo, entendió que él también es propicio para recibir su merecido tras haber mantenido silencio frente al Faraón 35.

Así se entiende  que el que escucha es cómplice y además culpable  por no llamar la atención a su hermano, ya que somos todos garantes uno por el otro. Cada uno de nosotros es un miembro del mismo cuerpo provenientes de Adam el primer hombre, y bien es sabido, que si a alguien le duele una muela, sufre la cabeza, la pierna, y todas las secciones de su integridad física, pues son partes de un entero. Y es este el motivo por el cual fue establecido el texto de las confesiones en el libro de oraciones ("Sidur"),  en género plural. Pues si uno mira lo que está escrito allí, comprobará que versa: hemos robado, hemos transgredido, hemos difamado, hemos pecado premeditademente, hemos dado mal consejo, etc. Esto se debe a que lo que nuestros hermanos pecaron nos afecta directamente por el motivo que mencionamos, que si a uno le duele la muela, también afecta a los otros órganos, es por ello que debemos reprender a los infractores y enseñarles a transitar por la buena senda, pero debemos tener cuidad en la manera en que nos dirigimos a ellos, pues debemos tener éxito y no fracasar, motivo por el cual debemos hablarle en tono dulce y suave36.
Debemos también saber, que no solo con la boca dictaminamos los juicios que a cada instante las circunstancias de la vida nos ponen por delante, inclusive lo hacemos con el pensamiento o una acción.

Existía un hombre quién poseía un fiel perro guardián. Cierto día, ese señor debe salir por unas horas y deja a su pequeño hijo de dos años de edad solo con el animal. A su regreso, a altas horas de la noche, halla la cama del niño  vacía y llena de sangre, corre al sitio donde se hallaba su can y éste permanece totalmente sofocado con su boca bañada en sangre.

El dueño de casa comprende inmediatamente la situación  y golpea brutalmente con una piedra sobre la cabeza del animal, por lo que este pierde su vida.

Más tarde, ¡Oh sorpresa!, halla a su hijo llorando a unos metros de la casa, el hombre levanta la cabeza, y un poco más allá, un peligroso lobo yace muy mal herido detrás de la casa, en el patio.

Ahora si, la auténtica verdad llega a la mente de este individuo, el lobo pretendió atacar a la criatura que seguramente dormía plácidamente, el fiel can heroicamente hace frente a la fiera con la que se trenza en feroz lucha, lo que permite al niño aterrorizado huir hacia fuera.

Comprendemos ahora por que debemos ser circunspectos en el juicio que viene a nuestras manos a cada instante, pues si nos apresuramos y dictaminamos la resolución antes de haber procesado y digerido la causa como es debido, entonces ¿Quién puede devolver la vida al perro?.

Explicación escrita: Leilui Nishmat: Abi u mori "Israel ben Peshl"
• 25 - Introducción del Rab Pinjas Kahati a la Mishná 1.
• 26 - Rashi en su comentario a la Mishná
• 27 - Iermía 21: 12
• 28 - Guemará Sanhedrín 7b
• 29 - Proverbios 7: 4
• 30 - Guemará Sanhedrín 7b
• 31 - Salmos 75: 3
• 32 - Comentario de Metzudat David a Salmos 75: 3
• 33 - Job 1: 1
• 34 - Vaikrá 16: 1
• 35 - Extraído del libro "Maianá shel Torá", perashat "Ajarei mot".
• 36 - Basado en el libro "Taamei Haminhaguim", sección Iom Kipur.

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