EL REY SALOMÓN Y UN PADRE

El Rey Salomón solía vestirse como un hombre común, ir a pasear, mirar y escuchar a los hombres y conversar con ellos.

Una vez se acercó a una casa de donde salía música y canto. Quiso saber, qué estaba pasando. Entró, le ofrecieron vino y dulces, porque justamente se estaba celebrando el Brit Milá del hijo del dueño de la casa.
Pasaron unos 20 ó 25 años. El Rey salió a pasear y decidió entrar, una vez más, a la misma casa. Dijo que quería saber que pasó con el hijo nacido un poco antes de su visita anterior. El padre contó que el hijito ahora es un jovencito, bien crecido, que viste la camisa y zapatos de su papá y trabaja junto con los otros miembros de la familia.

Pasaron otros 20 ó 25 años. El Rey visitó la casa de nuevo y vio al padre del jovencito llorando.
"¿Qué pasó? ¿Por qué estás llorando? ¿Dónde está el joven?"
"Ay", - dijo el hombre, - "Primero, he tenido mucha alegría. Luego, nos hicimos amigos y socios en el trabajo. Ahora, se adueñó de mi casa y de mi tierra. Ya no me necesita, por lo menos así lo cree; me ha marginado de todo. No pide, ni acepta mi opinión o mis consejos. Eso me duele mucho."

Tal vez fue este acontecimiento lo que inspiró al Rey Salomón al escribir los Proverbios: - "No desprecies los consejos de tu padre, aunque tú también tengas hijos."

1 comentario:

PARA LOS VISITANTES

GRACIAS POR SU VISITA,
DESEARIA QUE EN LOS COMENTARIOS INDIQUEN QUE TEMA DESEARIAN QUE ME PROFUNDIZARA, O ALGUNA DUDA QUE TENGAN, ESTARE GUSTOSO A PUBLICARLO EN EL BLOG.