Prohibicion de Mezcla

Dice la Torá:
"No cocerás el cabrito en la leche de su madre."
(Shemot / Éxodo 23:19)

"No cocerás el cabrito en la leche de su madre."
(Shemot / Éxodo 34:26)

"No guisarás el cabrito en la leche de su madre."
(Devarim / Deuteronomio 14:21)

Como la Torá no tiene ni siquiera una letra accesoria, cada una de estas frases refiere a asuntos diferentes que han sido prohibidos (como nos explicita la faz oral de la Torá):

- Cocinar carne junto con leche.
- Comer carne y leche.
- Obtener cualquier beneficio de la mezcla de carne y leche.

Por disposición centenaria rabínica está prohibida la mezcla de aves (kosher) con lácteos, tal como si fuera carne de cuadrúpedo, esto se dio para evitar alguna duda y ante cualquier duda es mejor no acerlo, tomando el principio de que carne (aun de aves kosher) mezclada con lacteos es definitivamente malo para la salud.

Estas prohibiciones se aplican sólo a los judíos, por lo que para el judaísmo no hay problema en que un no judío consuma ese tipo de mezclas.

Podemos aproximarnos a una idea diferente,
que tiene que ver con uno de los objetivos medulares del kashrut: la educación de la persona judía en el respeto de valores espirituales básicos.

Cuando se nos exige no comer el cabrito en la leche de su madre, no solamente se nos está indicando una conducta de orden alimenticio, sino que se nos está inculcando un conducta fundamental, como lo es:
la misericordia.

Es terrible, moralmente hablando, estar degustando la carne de la cría sazonada en la leche de su madre.
Esa misma leche que debiera alimentarlo, nutrirlo, hacerlo crecer, ¿es aceptable que sea el jugo que lo cocina en su muerte?

Es sádico, es grosero, es una muestra de insensibilidad.

Y como el judío debe entrenarse para ser misericordioso y sensible, no debe regodearse en la carne del hijo cocinada con leche de su madre.

Yendo a partir de lo expuesto a una generalización, la carne representa muerte, la leche vida.
La persona misericordiosa no mezcla la vida con la muerte, no tolera juntar la pureza con la impureza.
La persona misericordiosa, especialmente no soporta el dolor de un hijo con su madre.